me había prohibido a mi misma encender hoy el ordenador, por muchos y variados motivos. el primero, era el de mi existencia, deseaba borrar las pequeñas pistas que fueran dejando mis dedos al contacto con el teclado, porque tú sabes muy bien que todo queda registrado. deseaba hacer nula mi existencia, ser inexistente. deseaba que mi inexistencia y mi nula aparición preocupasen, por lo que me había propuesto desaparecer del mundo (de este mundo, el de mi pantalla de ordenador, no os asustéis) al menos durante dos días, quizá más, hasta que alguien se acordara de mi.
que melodramática me pongo a veces_
Mi niña
Hace 4 meses
2 comentarios:
No desaparezcas, Beatrix. ¿Quien va a darle puñaladas a mi sistema nervioso-afectivo sino?
Muas!
No seas tontica, eh?
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